PREMIO
CERVANTES 2013
J.M.
Caballero Bonald
El
pasado 23 de abril tuvo lugar la entrega del Premio Cervantes, este
año el galardonado ha sido el escritor José Manuel Caballero
Bonald. Su discurso en agradecimiento al premio fue una verdadera
reivindicación contra los desahucios de la razón. Y es que el
discurso del poeta, novelista y memorialista gaditano fue toda una
defensa de la capacidad curativa de la poesía, de "su potencia
consoladora frente a los trastornos y desánimos que pueda depararnos
la historia", subrayó Caballero Bonald, algo nervioso mientras
leía su discurso, pero firme en sus ideas.
Fue
una de las citas del Cervantes a la que más escritores y
personalidades de la cultura han acudido. Entre ellos, dos premios
Cervantes como Ana María Matute y Antonio Gamoneda. La primera
comentó que le había gustado "muchísimo el discurso" de
Caballero Bonald a la hora de defender la necesidad de emplear la
palabra "frente a los desahucios de la razón", y la
palabra "desahucios" le impresionó a Ana María Matute
porque le "horroriza". "Fui una niña de familia
burguesa, sí, pero yo también he sufrido una situación de ese
tipo", decía Matute. También estuvo acompañado de los suyos,
su mujer, Pepa Ramis, dos de sus cinco hijos y tres de sus seis
nietos.
José
Manuel Caballero Bonald nació el 11 de noviembre de 1926 en Jerez de
la Frontera, de padres cubanos. Estudió Filosofía y Letras en
Sevilla entre 1949 y 1952 y Naútica y Astronomía en Cádiz.
Publicó
su primer poemario, Las
adivinaciones,
en 1952, tras haber obtenido con él un accésit del Premio Adonáis.
Dos años antes había ganado el Platero de poesía.
Su
carrera continuó en Iberoamérica, donde fue profesor universitario
en Bogotá. En la capital colombiana escribió su primera novela, Dos
días de septiembre,
galardonada en 1961 con el Premio Biblioteca Breve y publicada al año
siguiente. Otras novelas suyas son Ágata ojo de gato (1974), En la
casa del padre (1988) y Campo de Agramante (1992).
Pertenece
al grupo poético de los 50, que concibe la poesía como una forma de
conocimiento de la realidad y de uno mismo. Estos poetas parten de la
poesía social en sus inicios, pero al tema social le añaden
reflexiones metafísicas y filosóficas en un lenguaje cuidado. Lo
más característico de este grupo es su lenguaje intimista. Los
temas sobre los que escriben son la vida cotidiana, el amor, la
amistad, la infancia, la adolescencia como paraíso perdido... En su
obra cobra mucha importancia lo autobiográfico. A esta generación
poética pertenen autores como José Agustín Goytisolo, Carlos
Barral, Jaime Gil de Biedma, Francisco Brines o Ángel González.
En
1986 se inauguró en Jerez un instituto con su nombre, y en 1998 se
constituyó la Fundación Caballero Bonald.
En
abril de 2009 publica La
noche no tiene paredes,
compuesto por 103 poemas, donde hace una reivindicación de la
incertidumbre, porque, en sus propias palabras, «el que no tiene
dudas, el que está seguro de todo, es lo más parecido que hay a un
imbécil.»
Ha
reconocido que escribir poesía le ayuda a mantenerse joven. "El
permanecer en la brecha te rejuvenece. El que no se queda callado, el
que iguala el pensamiento con la vida, tiene ya mucho ganado para
rejuvenecer", declaró al cumplir 80 años.
Otras
obras poéticas de Caballero Bonald son Memorias de poco tiempo
(1954), Pliegos de cordel (1963), Vivir para contarlo
(1969), La costumbre de vivir (1975), Tiempo de guerras
perdidas (1995), Copias de natural (1999) y Manual de
infractores (2005). Además de poesía y novela, ha escrito
también multitud de ensayos.
He
aquí uno de sus poemas, ”Aspiración a la alegría”:
En
mi aposento, asaltado a veces
por
el hosco lebrel
de
la esperanza, palpando
entre
mis manos su vaho turbador,
juzgo
ahora
mi
propia aspiración a la alegría.
¿Podrá
existir (digo en la noche)
una
palabra, la única
sobreviviente,
donde pueda
almacenar
mis sueños, defenderlos
de
toda vanidad, irlos
purificando
en mi interior
tiranía
callada, reagruparlos
en
una misma fuente igualatoria?
Pero
estoy solo frente
al
llamamiento del mundo: amo
su
fundación, vigilo
sus
mudanzas, trabajo cada día
en
las contestaciones
de
mi propia experiencia, junto
mi
vida en un papel.
Y
las palabras,
al
borde de ser dichas, próximas
ya
a mi sueño, pretenden
suplantarme:
soy el azar
que
se traduce en vano. (Nadie
puede
ser el espejo de sí mismo.)
Feliz
aquel que nunca
puso
nombre a su vida.
Nombre:Pilar
Polvillo Fernández.1ºBach.
POEMA DE CABALLERO BOLAND
Ningún vestigio tan inconsolable
como el que deja un cuerpo
entre las sábanas
y más
cuando la lasitud de la memoria
ocupa un espacio mayor
del que razonablemente le corresponde.
Linda el amanecer con la almohada
y algo jadea cerca, acaso un último
estertor adherido
a la carne, la otra vez adversaria
emanación del tedio estacionándose
entre los utensilios volubles
de la noche.
Despierta, ya es de día,
mira los restos del naufragio
bruscamente esparcidos
en la vidriosa linde del insomnio.
Sólo es un pacto a veces, una tregua
ungida de sudor, la extenuante
reconstrucción del sitio
donde estuvo asediando el taciturno
material del deseo.
Rastros
hostiles reptan entre un cúmulo
de trofeos y escorias, amortiguan
la inerme acometida de los cuerpos.
A batallas de amor
campo de pluma.
M.J. Caballero Bonald
PAULA MALDONADO NAVARRO 1º A
BACH.
Uno de sus poemas:”Aspiración a la alegría”
En mi aposento, asaltado a veces
por el hosco lebrel
de la esperanza, palpando
entre mis manos su vaho turbador,
juzgo ahora
mi propia aspiración a la alegría.
¿Podrá existir (digo en la noche)
una palabra, la única
sobreviviente, donde pueda
almacenar mis sueños, defenderlos
de toda vanidad, irlos
purificando en mi interior
tiranía callada, reagruparlos
en una misma fuente igualatoria?
Pero estoy solo frente
al llamamiento del mundo: amo
su fundación, vigilo
sus mudanzas, trabajo cada día
en las contestaciones
de mi propia experiencia, junto
mi vida en un papel.
Y las palabras,
al borde de ser dichas, próximas
ya a mi sueño, pretenden
suplantarme: soy el azar
que se traduce en vano. (Nadie
puede ser el espejo de sí mismo.)
Feliz aquel que nunca
puso nombre a su vida.